A veces uno se pregunta, que tan bueno o que tan malo es volver a ver a nuestro primer novio.
Emmanuel se lo pregunto una ves cuando sin darse cuenta en una discoteca de Villa Crespo,
No hay peor ciego que el que no quiere ver, o mejor dicho no existe peor idiota que ve y que para ser más caballero, se acerca a saludar.
En medio de música, de tragos, de cuerpos marcados, encuerados, sudorosos de tanto baile, en donde encontraras desde al mas lindo al mas feo, una pasarela enorme se abre en medio de la pista, y deja en dos puntas a Emmanuel y a ese que nombraremos EX, si solamente EX con mayúsculas, para identificar al idiota mayor, del resto de un ejercito de descerebrados.
En cinco segundos de miradas, mi cabeza no pudo hacer mas que acercarme lentamente, sin perdernos el uno del otro, continuándonos mirando y sin saber si cuando mas me acerco, mostrar una sonrisa o mostrar una cara de orto diciendo –Solo te saludo y que estés bien-
Y tres pasos antes de llegar a su rostro, vino en mi una imagen de dolor, o mas que nada de odio, una imagen que duro en vida real treinta minutos, viendo sin poder decir una palabra como se lo estaban cogiendo a mi novio, pero dentro de
Vale la pena saludar a un ex que te engaño en tu propia cama, o de ser un gran amor pasa simplemente a ser un desconocido del subte?
No hay comentarios:
Publicar un comentario